Por Matías Adami @matiadami2
Juan Román Riquelme anunció que dejará de vestir
la camiseta azul y oro: “Me siento vacío, no tengo más nada que darle al club”.
Esto sucedió luego de finalizar el partido ante Corinthians por la final de la Copa Libertadores
de América. Nada tuvo que ver el resultado: la decisión estaba tomada.
Se despide de Boca el jugador que fue ovacionado
por toda la Bombonera
en su debut aquel 10 de noviembre de 1996, ante Unión de Santa Fe. Carlos
Bilardo le había recomendado a Mauricio Macri –presidente de Boca- que
incorporara algunos jóvenes de la cantera de Argentinos Juniors. El pase de
Riquelme costó 800 mil dólares. En su primer partido se notaban destellos de
calidad que lo hacían distinto al resto. No sintió la presión de debutar en
Primera y la rompió, participando en cada jugada de ataque de Boca y con su
visión de juego que le permitía ver más allá que el resto.
Carlos Bianchi arribó al club en 1998 y él, con
la 10 en la espalda, comenzaba a mostrar lo importante que sería para el club. Obtuvo
el bicampeonato (Apertura ’98 y Clausura ’99) y en el 2000, comenzó la
hegemonía Xeneize a nivel continental. Ese año, obtuvo la Libertadores. Su
actuación a lo largo de la Copa
fue brillante y la culminó con uno de los mejores partidos en su carrera: vs
Palmeiras en Brasil. Lograr la
Libertadores le permitió a Boca viajar a Japón para enfrentar
al Real Madrid. Aquel equipo español repleto de figuras como Luis Figo, Roberto
Carlos, Fernando Hierro, entre otros. En esa oportunidad, Riquelme enloqueció
al mediocampista Makeléle. El francés no pudo controlarlo en todo el partido.
El 2001 fue otro año glorioso para Román. Otra
vez, de la mano de Carlos Bianchi, ganó la Copa Libertadores.
Ésta vez, enfrentó al Cruz Azul en la Bombonera y también jugó un buen partido.
Estrelló un remate en el travesaño y anotó su penal en la definición. Viajó a
Japón con la ilusión de conseguir la Copa Intercontinental
por segunda vez consecutiva pero el Bayern Múnich ahogó esa ilusión con un gol
en tiempo suplementario. El joven ya
consagrado de 23 años, quebró en llanto. A mediados del 2002, dejó el club y
emigró a España para incorporarse al Barcelona de Van Gaal.
Su regreso a Boca fue a préstamo en febrero de
2007. En ese entonces, Miguel Ángel Russo era el DT del equipo y con un
Riquelme extraordinario, el Xeneize se consagró campeón de América. Anotó 3
goles en la serie final y fue el goleador de la Libertadores. Al
concluir la Copa ,
tuvo que reincorporarse al Villarreal y por eso, no pudo participar del Mundial
de Clubes del 2007.
La tercera etapa de Riquelme en Boca no se hizo
esperar. La dirigencia Xeneize tuvo que abonar 15 millones de dólares para que
el 10 regrese al club. Jugó
Al año siguiente, en 2009, Román vive una de las
peores frustraciones a nivel futbolístico en el club: queda eliminado de la Copa Libertadores
en octavos de final ante Defensor Sporting. De allí en adelante, el rendimiento
colectivo y personal disminuyó. Sufrió una importante lesión en su rodilla que
lo dejó afuera de las canchas en toda la era Claudio Borghi y llegó a hacer
creer a muchos que no seguiría jugando al fútbol. Pero reapareció con Julio
César Falcioni como DT. La relación entre ellos arrancó mal: el director
técnico decidió dejarlo afuera de los concentrados en el partido con All Boys
por la tercera fecha del Clausura 2011. Los resultados fueron negativos y el 10
volvió al equipo titular hasta lesionarse. Ese campeonato, Martín Palermo dejó
el fútbol. La pretemporada del Apertura 2011, mostraba a un Riquelme enérgico y
con muchas ganas. Participó en los amistosos de Europa y comenzó un campeonato
a un nivel similar al que llevaba en 2007. En la fecha 11, sufrió un problema
en su tobillo y no pudo regresar a las canchas. Boca se consagró campeón y retornó
a la Copa
Libertadores.
Los problemas con el cuerpo técnico quedaban de
lado por los excelentes resultados que obtenía el equipo. Sin embargo, la Copa arrancaba complicada con
supuestos inconvenientes en el vestuario en Zamora, Venezuela. Nunca quedó
claro que ocurrió pero en un club tan grande los rumores surgieron de
inmediato. Boca fue avanzando ronda por ronda hasta alcanzar la final y perder
con el Corinthians de Brasil. El equipo dirigido por Falcioni llegó a las
últimas instancias de las tres competencias que disputaba. Finalizado el
Clausura y la Copa ,
solo resta jugar la final de la Copa Argentina ante Racing, en agosto.
Riquelme le dice adiós a Boca, y será recordado
por el hincha como ese jugador que en los momentos claves siempre apareció; el
que en los partidos más importantes la “rompía” –en los Superclásicos, por
ejemplo-; un deportista que prefería asistir al delantero antes que hacer un
gol; el que se calzaba el equipo al hombro en los momentos en que la pelota
quemaba; el que con un tiro libre te abría un partido y lo ganaba… Ese es
Riquelme, un jugador distinto y de los que difícilmente se vuelva a ver alguna
vez; un enlace que hacía la pausa en el momento justo; que asistía con la precisión
y velocidad necesaria; veloz a nivel mental como pocos; líder y siempre
agradecido al club que lo vio crecer. En Boca, ganó más de lo que perdió y por
eso, entre otras cosas, es y será el máximo ídolo de la historia Xeneize.
Hoy, decidió dar un paso al costado para dolor
de todos los hinchas de Boca. Juan Román Riquelme siempre dio todo por el club
y será recordado como el máximo ídolo de la historia. Si se retirará del fútbol
o seguirá su carrera en otro club todavía es una incógnita, pero el simpatizante
Xeneize siempre estará agradecido al 10 por todo lo que dio por la camiseta.
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